Trastorno bipolar: Cómo reconocer y habitar una montaña rusa
El trastorno bipolar, originalmente denominado depresión maníaca o trastorno maníaco-depresivo, es un trastorno mental que se caracteriza por cambios inusuales en el estado de humor, energía, niveles de actividad, capacidad de concentración, y habilidad para realizar las actividades del día a día.
¿A que nos referimos con cambios de humor "inusuales"?
Por un lado, se trata de cambios de humor que se mantienen en el tiempo, no son emociones puntuales (alegría, tristeza) sino que cumplen ciertos crierios diagnósticos de temporalidad establecidos para episodios de manía (o hipomanía) y depresión. Por otro lado, se trata de cambios de humor radicales, extremos, implicando una alternancia de períodos extremadamente "altos" (manía o hipomanía) y "bajos" (depresión).
Puedes consultar aquí los criterios diagnósticos de un episodio maníaco: https://www.dsm-iv.org.es/indice-del-manual/70096-criterios-para-el-episodio-maniaco.html y un episodio depresivo mayor: https://www.dsm-iv.org.es/indice-del-manual/70095-criterios-para-el-episodio-depresivo-mayor.html.
A continuación, ofrezco una lista informal que puedes aplicar para reconocer estos episodios.
¿Cómo reconocer un episodio maníaco o hipomaníaco?
La manía y la hipomanía (la versión menos severa de manía) se caracterizan por la euforia, la sensación de estar lleno de energía y/o inusualmente irritable. Suele darse una alteración en los patrones de sueño, energía, nivel de actividad, y concentración. Según el DSM-5, los criterios diagnósticos, incluyen un estado de ánimo anormal y continuamente elevado (euforia) o un ánimo irritable, que dura al menos 1 semana (o cualquier duración si es necesaria la hospitalización).
- Sentirse eufórica, irritable, hiper-susceptible ("saltan a la mínima").
- Sentimientos irreales de importancia o grandeza: sentir que eres inusualmente importante, talentosa o poderosa.
- Nerviosismo, impulsividad.
- Menor necesidad de dormir.
- Pensamiento acelerado, frenesí de ideas: sienten una gran velocidad en sus pensamientos, un torrente creativo.
- Apetito voraz, o pérdida de apetito.
- Locuacidaz. El patrón de habla suele ser muy rápido, y sobre muchas cosas diferentes.
- Distracción, normalmenre en cosas sin importancia.
- Sentir que puede hacer muchas cosas a la vez.
- Conductas arriesgadas, irresponsables o excesivas, por ejemplo, comer y beber en exceso, transacciones gastar y/o regalar mucho dinero, tener relaciones sexuales de riesgo...
¿Cómo reconocer un episodio depresivo?
Coloquialmente, sabemos reconocer los ragos de un estado de ánimo depresivo, como la tristeza extrema, los episodios de llanto continuados, el embotamiento, etc. En este caso, el criterio de temporalidad para hablar de un episodio depresivo mayor se establece en un mínimo de 2 semanas. Estos son algunos signos característicos de un episodio de depresión:
- Sentimientos de tristeza, vacío, preocupación, desesperación, sentir que no hay esperanza ni sentido, sentirse sin valor.
- Ideación y pensamientos de muerte o suicidio.
- Patrones de sueño alterados: insomnio (problemas para conciliar el sueño, despertar muy temprano) o dormir demasiado.
- Lentitud, inquietud, aletargamiento.
- El patrón de habla puede parece muy lento, sienten que no tienen nada que decir, se le olvidan las cosas.
- Pérdida de apetito.
- Problemas para concentrarse y tomar decisiones.
- Incapacidad de hacer las cosas más simples.
- Anhedonia (incapacidad para experimentar placer). Poco interés en casi todas las actividades.
- Deseo sexual disminuido o ausente.
Tipos de trastorno bipolar
Hay tres tipos de trastorno bipolar, y todos incluyen cambios de humor, energía y niveles de actividad:
- Trastorno Bipolar I - se define por episodios maníacos de al menos 7 días, o por síntomas maníacos tan severos que la persona reqiuere hospitalización. Normalmente son seguidos por episodios depresivos que duran al menos 2 semanas. También es posible encontrar episodios de depresión con rasgos mixtos (depresivos y maníacos al mismo tiempo).
- Trastorno Bipolar II - se define por episodios depresivos e hipomaníacos, que no llegan a ser maníacos, como en el caso anterior.
- Trastorno ciclotímico (o ciclotimia) - se define por periodos con síntomas depresivos e hipomaníacos, que duran al menos 2 años (1 año en niños y adolescentes sería suficiente para su diagnóstico). Los síntomas de la ciclotimia son similares a los de los anteriores tipos, pero no cumplen los criterios para ser considerados episodios depresivos o maníacos.
A veces se pueden experimentar síntomas que no cumplen los criterios de los tres tipos mencionados, por ejemplo, trastornos inducidos por medicamentos o sustancias, trastornos del animo relacionados con otras patologías, como accidentes cerebrovasculares o la enfermedad de Cushing (trastorno hormonal que provoca exceso de cortisol).
El trastorno bipolar a lo largo de la vida: ¿Cuándo aparece y hasta cuándo se da?
El trastorno bipolar puede manifestarse a cualquier edad pero es frecuente que aparezca durante los últimos años de adolescencia o primera juventud (en los 20 tantos). A veces aparece durante el embarazo o después de dar a luz.
El trastorno bipolar es una enfermedad crónica que requiere tratamiento de por vida. No es algo que vaya a solucionarse por sí sólo. Los síntomas varían a lo largo de la vida, pero pueden llegar a estabilizarse en gran medida con adecuado tratamiento farmacológico, y psicoterapia, logrando periodos de eutimia (se llaman así los periodos de equibilibrio, sin depresión ni manía).
O sea que, en el tratamiento del trastorno bipolar, el objetivo es lograr que estos periodos de eutimia sean lo más extendidos en el tiempo que sea posible. El objetivo no es "curar" el trastorno bipolar, como alguna vez me han demandado, sino comprender las particularidades de esta condición, aceptarlas como parte de lo que te hace únic@, conocerte mejor, aprender a identificar los primeros signos, desarrollar el potencial desbordante de creatividad típico de estas personas, y educar en estrategias de prevención para evitar episodios depresivos severos. Es posible llegar a esta meta, y lograr una buena calidad de vida. La recuperación lleva tiempo, es lenta, complicada, y requiere un trabajo intenso de auto-conocimiento y desarrollo personal. Pero es posible, si buscas ayuda.
¿Cómo lidiar con el trastorno bipolar?
Buscar tratamiento y mantenerlo. Los tratamientos y terapias más efectivos suelen involucrar, psicoterapia (con un@ psicólog@) y, tratamiento farmacológico (prescrita por un@ psiquiatra).
Buscar ayuda de un@ psicólog@ y comentar las distintas opciones de tratamiento. Existen también formas de psicoterapia diseñadas específicamente para el tratamiento del trastorno bipolar, como la terapia interpersonal y de ritmo social (IPSRT) y la terapia focalizada en la familia.
A nivel general, más abstracto, considero que hay una virtud esencial que puede ayudar tanto a personas con trastorno bipolar, como para sus allegados (familia, amig@s, amantes): la templanza (hablaré de esto en futuros posts). A nivel práctico, más concreto, la intervención implica psico-educación y desarrollo personal desde varios ámbitos, como: a) autoconocimiento a nivel psico-somático (por ejemplo, a través de la práctica de yoga, la exploración somática a través de la danza, Feldenkrais...); b) desarrollar estrategias de afrontamiento de la ansiedad (por ejemplo, relajación o meditación; mindfulness); c) canalizar la creatividad (coaching creativo, de lo que hablaré en próximos posts); d) hábitos de estilo de vida (de lo que hablaré en la siguiente sección).
La importancia de los hábitos en el trastorno bipolar: Tres tips esenciales
1. Estructura, estructura y estructura ¿He dicho ya estructura? Quédate con esta idea. Tod@s nos beneficiamos si seguimos rutinas, pero en el trastorno bipolar es una necesidad básica, el pilar esencial para evitar "subidas" y "bajones" extremos. Organizar de antemano las actividades semanales y diarias. Mantener una rutina constante de comidas y sueño. Es central dormir lo suficiente. Una vez creados los hábitos de rutina, no salirse de la rutina por nada del mundo (a no ser que sea absolutamente inevitable). Puntos extra por incluir ejercicio físico (paseos, yoga, deporte, danza...).
2. Aprender a conocer un@ mism@ las señales de aviso. Acudir a un profesional ante los primeros síntomas (por ejemplo, la disminución de la necesidad de dormir) para evitar (o aminorar) un episodio severo.
3. Evitar alcohol y drogas.
Para terminar: una nota esperanzadora. Actualmente se investiga si la intervención psicoterapéutica en los estadios tempranos del trastorno puede prevenir o limitar su manifestación total. La intervención temprana se enfoca a rediseñar hábitos de vida, con vistas a lograr equilibrio y estabilidad. Básicamente, se incluye lo que hemos visto aquí de manera muy resumida, junto con actividades específicas. Aunque no existe evidencia suficiente para asegurar que sea posible prevenir el desarollo del trastorno (tiene un gran componente genético), sí podemos asegurar que una intervención preventiva se relaciona con mejores pronósticos a largo plazo. Merece la película Si los criterios diagnósticos se ajustan a tu caso, pide ayuda a un@ psicólog@ cuanto antes.
Si te interasa ampliar la información sobre el trastorno bipolar puedes enviarme un correo:
afercotarelo@gmail.com